Evangelización
El cristiano debe orar y trabajar según su habilidad y oportunidad, por la extensión del Reino de Dios en su comunidad y hasta los fines de la tierra (Rom. 12:6; Hech.18). Por esto animamos a los miembros de la iglesia a que aprovechen las ocasiones que la providencia les concede para dar testimonio de Cristo de forma verbal y por medio de su conducta cristiana (Mat. 10:32-33; Rom.1:16-17; 1 Ped. 3:14-16).
Los líderes de nuestra iglesia dan gracias a Dios por el testimonio espontáneo que nuestros miembros dan a los incrédulos del poder salvador de Cristo y del evangelio, para que ellos también conozcan y reciban al Señor Jesucristo como su Salvador y Señor.
Estamos agradecidos por la manera en que, a través de los años, el Señor ha bendecido los esfuerzos evangelísticos de los hermanos; hemos visto cómo la gracia de Dios ha traído salvación a los pecadores y los ha integrado a la iglesia. ¡A Él sea la gloria!